Ausencias e indiferencia en el caso Alex Campo
El silencio de cada día
Por Germán Vals
www.noticañuelas.com
lunes 29 de junio de 2020
A más de un mes de la trágica muerte de Alex Campo, el joven galguero que encontró el final de su vida en manos de un productor agropecuario. La ausencia de estamentos estatales se hizo notar.
El viernes pasado familiares, amigos y vecinos marcharon al Juzgado de Garantías Nº 8 a cargo del Dr. Martín Rizzo, Juez que entiende en la causa. La marcha estaba prevista para garantizar la prisión preventiva de su asesino Rodolfo Sánchez. La movilización se realizó en un marco de respeto y bajo un pedido desesperado de justicia.
Tras el fatídico domingo en que el pequeño Alex, dejara en su familia un daño irreparable tras su ausencia física, pocos fueron los que lograron sentir el dolor y solidarizarse tras el desenlace fatal.
A pocos días de la masacre el Concejo Deliberante sesionó y el único que hizo saber el pedido de justicia fue el Edil y productor Rural, Martín Augusto. El referente de Cambiemos se solidarizó pidiendo justicia con una pancarta pegada a su Banca Legislativa, mientras que el Bloque oficialista del Frente Todos y sus aliados “ocasionales” Leonel Fangio y Hernán Muerza guardaron el mas profundo de sus silencios. La indiferencia ante tal magnitud de lo acontecido, no motivó a los Concejales a emitir sus condolencias, ni fueron capaz de hacerle saber a la sociedad el valor de una muerte.
Tampoco hay explicación, ni excusa del silencio de la Sub Secretaría de derechos Humanos, Gema Tocino, quien se encuentra al frente de la cartera municipal. La indiferencia que mostraron “casi todo el arco de la política” demostraron una vez más la incapacidad y la mediocridad de manifestar empatía con el otro.
No merece ningún análisis ni político, ni sociológico, porque la incapacidad de gestión es la causa de la inexperiencia en el campo territorial. Ejemplo de ellos; Diana Barcia multi funcionaria que puesto que ocupó fueron los más cuestionados, Y los demás buena gente, buenos chicos, pero cuestión que no les alcanza al momento de jugársela en la función publica.
Una vez más el silencio de los culpables, irreparable escusas ante una sociedad que pide justicia, mientras ellos muestran sus ausencias.
