Los directores de la muerte
La furia del Covid
Por Damián Arocena
Para www.noticañuelas.com
Domingo 9 de agosto del 2020
El Ministerio de Salud decidió apartar a Anibal Zabala y al Kinesiologo José Luis Britto, responsables y autores de una decisión que desencadenó la muerte de 8 internos del Dardo Rocha.
A partir de mañana los responsables del Neurosiquiatrico de Uribelarrea, deberán juntar sus pertenencias y abandonar la nefasta conducción de la institución que tenían a cargo.
Se van por la puerta de servicio la peor dupla que venía administrando el hospital desde hace 12 años y que nadie se atrevió a entrometerse en la administración y a denunciar el maltrato inhumano que padecían los internos. Hasta que una ola de Covid-19 se desató y 8 personas encontraron su muerte a causa de un descontrolado brote del virus.
La autoridades sanitarias del Ministerio decidieron “apartar” a estos nefastos directores a cargo, en tanto aseguraron realizar una auditoria médica para determinar si hubo desidia de parte de estos administradores y quienes aseguran implementar cambios en la estructuras de su funcionamiento hospitalario.
De las 12 muertes a causa del Coronavirus, 8 fueron del instituto neurosiquiátrico, lo cual deja una alarmante estadística de fallecidos en un solo lugar.
Desde el Ministerio de Salud, aseguran que la administración fue deficiente y que van a comenzar a trabajar con autoridades del municipio para nombrar a nuevos profesionales que cumplan con la nueva misión.
12 años de gestión y nadie advirtió la decía que padecían los internos.
Zabala y Britto llegaron a la dirección de la mano de vaya a saber de quien, el primero su experiencia en gestión hospitalaria era nula y el segundo en un momento tuvo la experiencia de director asociado del Marzetti, en aquel entonces llamado Hospital General Mitre, gestión radical de Rizzi, El kinesiologo dejó la conducción del nosocomio tras que se descubriera que uso fondos del ente para arreglar su vehículo particular. Nadie sabe como y porque fueron elegidos para ocupar un lugar de extremada sensibilidad social y medica, lo cierto es que sobrevivieron a 2 administraciones políticas totalmente diferentes y que ninguna de las 2 se atrevieron jamas a revisar las calamidades que recibieron los pacientes, teniendo como precedente la inescrupulosa y caótica gestión del marido de la ex senadora, Cristina Rasquetti, el odontólogo y ex Concejal, Gustavo Casamayouret.
Tras 8 muertes nadie salió a repudiar, ni mostrar solidaridad ante tal trágico desenlace.
Algunos portales de digitales que salieron rápidamente a cubrir la noticia de la tragedia, solamente se limitaron a mostrar un simple desvinculamiento de los macabros directores, pero ninguno fue capaz de condenar la mala administración. Los concejales de diferentes bloques aún se mantienen en silencio, prefieren ser simples notificadores de informes pandemicos a interesarse realmente por la tragedia, la Sub Secretaria de Derechos Humanos del Municipio que no emitió ningún comunicado al respeto, también se guardó a silencio el sindicato de trabajadores del estado quienes tampoco se refirieron a la problemática que sucede en el Rocha. Hay una pregunta que muy pocos se la hacen, que hubiese pasado si estas muertes tendrían un apellido de relevancia? seguramente que algunos grupos atinarían a romper la cuarentena para clamar por justicia en la puerta de la alcaldía municipal, pero nada de eso sucedió, solo se limitaron a tratar el tema como una estadística más.
El trato de los privilegiados y un silencio que aturde.
Las máximas autoridades sanitarias de la provincia tomaron con una total liviandad la cuestión, “A partir del lunes desvincularemos a Aníbal Zabala y a José Luis Britto y abriremos un sumario para investigar si hubo “Desidia”, parece no alcanzar la cifra de 8 muertes para que estos “irresponsables” terminen con una causa penal por abandono de persona. Es triste y día tras día se anuncian nuevos desenlaces fatales, una impericia medica que aun no logra vislumbrar el fin. Mientras tanto estos directores que tuvieron a cargo el Dardo y que no mostraron ningún arrepentimiento, se van a sus casas, sin culpas, ni cargos, una historia que parece repetirse como los médicos truchos, quienes hasta la actualidad se ríen de la justicia.