A 70 años de la muerte de Evita, realizadora de los sueños y derechos de los postergados
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Martes 26 de julio de 2022
En 1935, Evita, quien ya mostraba sus dotes artísticas, decidió viajar a Buenos Aires, donde iniciaría una carrera al participar en películas y radioteatros. Su vocación política y social se manifestó en los primeros años de la década de los ’40, al participar de la fundación de la Asociación Radial Argentina (ARA), una entidad gremial que supo presidir.
Con el propósito de recaudar fondos para las víctimas del terremoto de San Juan (1944), la Secretaría de Trabajo y Previsión, encabezada por el entonces cada vez más influyente coronel Juan Domingo Perón, organizó un festival artístico en el Luna Park.
Es allí donde el militar, figura central del movimiento que el 4 de junio de 1943 tomó el poder, conoció a la joven actriz, con la cual inició una relación.
Perón y Eva convivían antes del 17 de octubre 1945 y poco después de esa gran movilización obrera, que permitió la liberación del ascendente coronel, se casaron por civil y poco después por Iglesia. L
Luego de las elecciones de 1946 y de la asunción de Perón como presidente constitucional, Evita asumió un papel relevante dentro del nuevo gobierno, al asumir la defensa de los derechos de las mujeres. Fundó además el Partido Peronista Femenino y fue clave para la instauración de nuevos sindicatos.
En enero de 1950, Eva fue operada de apendicitis y en esa intervención se detectaron los primeros síntomas del cáncer de cuello uterino que la aquejaba, según contaron años más tarde los médicos Oscar Ivanisevich y Abel Canónico.
Esa afección, más las presiones políticas de aquellos que no veían con buenos ojos su figura, determinaron el histórico renunciamiento de Evita a la candidatura de vicepresidenta. Aconteció en el marco de un multitudinario acto que la CGT organizó el 22 de agosto de 1951 en la Avenida 9 de Julio, al que asistieron dos millones de personas.
El 11 de noviembre de aquel año las mujeres argentinas votaron por primera vez en elecciones libres, en las que la fórmula integrada por Perón y Hortensio Quijano se impuso con el 63,40 por de los votos
Eva, de apenas 33 años, entró en coma el 26 de julio, en horas de la mañana y, según la historia oficial, su deceso se produjo a las 20.25, y poco después de una hora, el locutor Jorge Furnot le confirmaba la triste noticia al país por la cadena nacional.
Se declaró entonces un duelo que se extendió hasta el 11 de agosto, y hasta ese día no hubo funciones de cine, teatro, ni tampoco espectáculos deportivos, mientras las radios transmitían música sacra.
Los restos fueron velados primero en el Ministerio de Trabajo, y luego trasladados al Congreso Nacional, por donde desfilaron durante días cientos de miles de personas para despedir a la mujer que había entregado los mejores años de su vida a su tarea social y política.
Luego, su cuerpo sería depositado en la sede de la CGT, en la calle porteña Azopardo, donde el médico español Pedro Ara le dio un tratamiento para embalsamarlo a la espera de que se le construyera un mausoleo, algo que la caída del peronismo frustró.Tras el golpe de Estado perpetrado en septiembre de 1955, el cadáver de Evita fue secuestrado y peregrinó durante años por distintos lugares, hasta que recibió sepultura con la falsa identidad de una monja (María Maggi de Magistris) en un cementerio de Milán, Italia.
Recién en 1971, los restos de “Esa mujer”, como la designara Rodolfo Walsh en un cuento de su autoría, fueron entregados por agentes del entonces Servicio de Información del Ejército (SIE) a Perón en España, donde se encontraba exiliado.